20 de abril de 2010
Ayer quedé impresionada de la propuesta de maniquíes colgantes en suplencia de Top Models de Jean Paul Gaultier para Otoño 2004. Pero fue hace unos minutos cuando vi el desfile más conmovedor en mi infante carrera como periodista de moda: Alexander McQueen Primavera 2004. La pasarela se convirtió en una teatral competición de baile, donde lamé, chifón y satén danzaban sobre los espigados cuerpos de las mismas modelos que vemos en otros desfiles, solo que esta vez el genio británico las dejó expresarse en todo su esplendor corporal y olvidarse por unos minutos del ya delirante "no pose, no sexy, don't step on the front..." (Video, please!)
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