Con el rímel y el polvo estoy contenta, pero lamentaba que al mediodía, ya mis mejillas perdían su tono rosado que tanto me encanta. Pues Estée Lauder, como buena hada madrina, me concedió el deseo de poseer un rubor que me durara todo el día; que no tenga que estrujar la brocha contra el polvo para lograr mayor definición, porque simplemente con un toque, ya logro el tono de color adecuado; pero lo que más me gusta, es que me da un efecto luminoso en las mejillas. ¡Gracias Blush Pure Color!
Para terminar este post, me gustaría compartir estos consejos de Tom Pecheux, Director Creativo de Maquillaje de Estée Lauder:
1) Escoge el color que mejor te quede: los tono rosa van bien con piel pálida, los naranja van con piel mediana y los tonos ciruela o rojos oscuros van bien con piel oscura.
2) Selecciona tu acabado: elije un acabado satinado para unas mejillas suaves y mates; y uno brillante para mejillas con un aspecto más saludable.
3) Coordina el color: empareja el rubor con un labial cálido o frío según corresponda. Por ejemplo si usaste un rubor cálido, tu labial también debe serlo para crear un look más armónico y natural.
4) Usa tus herramientas: el rubor es aplicado de manera uniforme y sin esfuerzo con una brocha especializada para eso.
5) Polvo primero: Aplicarte polvo compacto debajo del rubor ayudará a que el color no se desvanezca y dure todo el día.
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