las mejores tapas de estilo y el glamour como plato principal, ¡atendido por su dueña!


BEST STYLE APPETIZERS AND GLAMOUR AS A MAIN COURSE, ATTENDED BY THE OWNER!

17 de febrero de 2011

Custo al gusto (II)

¡EXTRA ESPECIAL DE ANA BOGUE NEWS!
Desde que regresé de España, tenía meses sin escribir mis crónicas viajeras, y ahora que fui a Nueva York al desfile de Custo Barcelona, retomo la pluma para contarles las nuevas experiencias de la Ex Reina Ana Bogue I de España en la Gran Manzana

Cuando dije que necesitaba a alguien que me acogiera la noche del 14 de febrero de 2011 en Manhattan, hablaba en serio. No faltaron los pícaros comentarios con respecto a la palabra "acoger" y unas cuantas risitas sobre mi "chistoso" mensaje en cadena de blackberry. En serio, necesitaba urgentemente un lugar donde quedarme esa noche en Nueva York, porque Custo Barcelona solo cubría dos noches en el fabuloso (y nada barato) W hotel de la Lexington Avenue. Necesitaba "desesperadamente" donde hospedarme porque el día de los enamorados era mi día libre para raspar mi módico cupo de Cadivi. Entré en crisis cuando descubrí que en los buscadores de hotel que más frecuento no poseían ninguna opción de habitación disponible para esa noche (y con toda razón, todo el mundo desea hacer el amor ese día en Nueva York).

Me rehusaba a cambiar el pasaje de vuelta hasta que finalmente un amigo me recomendó averiguar en Holiday Inn Soho: lo amé para siempre, quedaban habitaciones hasta para regalar y sin pensarlo dos veces aseguré mi solitaria noche de amor en el popular barrio de Manhattan. Pero me estoy adelantando mucho al final, qué tal si nos regresamos al sábado 12 de febrero, a las 15 horas, cuando el avión aterrizaba en el aeropuerto internacional JFK. Cynthia Lander, Paola Rodríguez y Ricardo Robles de Sinflash TV, fueron mis compañeros de vuelo e invitados de prensa para el desfile de Custo Barcelona en esta ocasión. Por supuesto que lamenté la ausencia de Carlos Briceño y mis it boys Gianfranco Berardinelli y Leonardo Martínez, con quienes compartí las dos últimas veces que asistí al show de la firma española.

Mi primera vez en NY, septiembre de 2009

Luego de hacer el check in, la primera parada obligada era Café Metro, a dos manzanas del hotel, donde preparan unas deliciosas ensaladas y pastas con los ingredientes de tu preferencia, ¡sin límites! Es lo máximo. Luego de comer, Paola preguntó a dónde íbamos después: "¡TIMES SQUARE!", gritamos Cynthia y yo al unísono y en menos de una hora ya estábamos en medio de las cientos de pantallas que iluminan la famosa plaza... Y en medio de un frío acojonante también. A pesar de los helados y fuertes vientos, Cynthia Lander logró entrevistar a Victor X, quien estaba de casualidad en la Big City para entrevistar a Matt Damon (la rutina, pues). Me pidió que lo invitara al desfile de Custo, pero lamentablemente ya era muy tarde, me hubiese gustado que fuera.

Domingo

"Wake up in the morning feeling like P. Diddy...!", con esta canción en la mente me desperté en la cama más deliciosa que he dormido, pero al prender la radio solo deseaba escuchar la nueva canción de Lady Gaga, Born this way. No lo creerán, pero apenas la encendí estaba comenzando la canción en cuestión, subí todo el volumen y escogí mi outfit para la rueda de prensa de Custo Dalmau. En esta oportunidad no fue en la tienda de Soho, donde se hacía el casting y fitting de los modelos, así como las entrevistas; esta vez la cita fue en el edificio 1410 de la avenida Broadway, donde ataviada de un total Custo look, Cynthia Lander entrevistó al diseñador catalán para Sinflash TV.

De ahí sí nos fuimos a la tienda de Custo Barcelona en Soho, donde Cynthia entrevistó a la diseñadora venezolana Marya Azzarelli -también asesora de imagen de la marca en Venezuela-, quien mostró las piezas que escogerá para la próxima tienda en Tolón Fashion Mall. Por supuesto que aproveché su magnífica asesoría para elegir mi Custo outfit para el desfile, pero el único detalle que me faltaba eran los shoes (¿pequeñito verdad?). Faltando dos horas para el show, me recorrí casi toda la Spring Street buscando el par de pumps perfectos para mi atuendo. En Soho sobra la oferta de zapaterías, como Steve Madden, Aldo y Nine West, pero los que me conocen saben que no desisto hasta conseguir lo mejor, al mejor precio. Casi tiro la toalla cuando veo a lo lejos "Neccessary Clothing" (Ropa Necesaria), como una señal de que ahí encontraría justo lo que necesitaba. ¡Y así fue! Pumps de todos los tamaños y colores: fucsia mate y plata fueron mi elección, de muerte...

La muerte era lo que estaba deseando una hora más tarde, cuando simplemente mis pies no aguantaron la dureza de los pumps plateados que combiné con mi outfit Custo. Presintiendo lo peor, me llevé un par de botas negras aparte, a las que tuve que recurrir en pleno backstage antes del desfile. Sí, no pude resistir, pero la comodidad por delante cuando realmente se desea disfrutar. Total, la única que notó que no tenía los shoes "adecuados" fue Marya, quien asistió al desfile con un particular sombrero de pelos vintage de Armani, ¡se veía fabulosa!, era su primera vez en un fashion week y parecía niño en Disney World mientras duró el desfile de Custo Barcelona. Es que asistir a una semana de la moda para un fashionista es la gloria. En mi caso, estaba flipando con el imponente Lincoln Center, sede por segunda vez del New York Fashion Week, alucinante.

Lunes

Desfile de Carolina Herrera y Marc Jacobs. No me invitaron. Así que aproveché el día para irme de ¡shopping! A lo Sex and the City, Cynthia, Paola, Marya y yo caminamos por la avenida Broadway con muchas, muchas bolsas de compras, tras dejar cuerpo, alma (el cupo y la quincena) en H&M, Victoria's Secret y Forever 21. En esta última, literalmente me volví loca. Mi plan de pasear un rato por Central Park -que nunca he podido conocerlo- se diluía a medida que se escondía el sol y no tuve otra opción que regresar al W a buscar mi maleta. No pude elegir mejor opción que regresarme por la Lexington Avenue, que caminé hipnotizada por la elegancia, majestuosidad y perfección del único edificio del que estoy enamorada: Chrysler Building. Si me pudiera casar con un edificio, ella sería mi elección (sí, para mi es una mujer).

Casi arrastrándome, logré llegar al lobby del hotel, donde casualmente me encontré a Cynthia y a Paola, quienes se habían separado para hacer unas compras especiales. Les pedí subir a su habitación para reorganizar mi maleta y así poder irme más cómoda para el Holiday Inn. Se podrán imaginar el peso de la maleta, y de paso me tenía que ir en metro porque 14 de febrero, lunes y Nueva York son la fórmula ideal para un espeso tráfico y amarga cuenta de taxi hasta Soho. Por suerte, Cynthia, Paola y Ricardo también se anotaron en la travesía (para seguir comprando, por supuesto) y aligerarme la carga con mi equipaje. Pero fue en vano... ¿quieren aventura? Aquí empieza lo bueno.

Luego de un lindo día de compras, viene la tormenta...

Strike 1. La estación 51 St. de la línea verde no tiene escaleras mecánicas, por lo que tuve que bajar unos 20 escalones con la maleta a cuestas. Strike 2. Una mujer nos indicó que la vía a Soho es del otro lado del andén, por lo que teníamos que subir de nuevo a la calle y bajar por la otra entrada. Foul 1. Después de subir y bajar 40 escalones con una maleta de 30 kg., el torniquete era muy estrecho y justo cuando estábamos pasando mi maleta por encima, se rompe la manija para llevarla cómodamente. Foul 2. No había puestos libres en el vagón para sentarse y a mitad de camino, se desocupa un asiento y se me ocurre trasladarme justo cuando el vagón hace una curva infernal... Las risas se escucharon hasta en Brooklyn. Foul 3. Por un momento dudé de la estación donde nos teníamos que bajar. Le preguntamos a una mujer y ella nos dijo que nos teníamos que bajar en la estación anterior, lo que significaba subir y bajar 40 escalones otra vez para caer al otro lado del andén y regresarnos. Recontra Foul 4. La mujer se bajó con nosotros, revisó en su gps y voilá! Resulta que la estación que yo creía sí era la correcta. Strike 3. Cuando finalmente llegamos al Holiday Inn, el recepcionista nos dice que a esa hora (9pm) la mayoría de las tiendas cierran en Soho...

En un abrir y cerrar de ojos, Cynthia, Paola y Ricardo huyeron a Times Square y yo me quedé sola y desamparada rogando a Dios encontrar una tienda abierta donde vendieran maletas. A juro necesitaba otra porque American Airlines solo acepta dos equipajes de 20 kg. cada uno, ¡no uno de 40! En medio de la gélida corriente de frío, que de paso iba en mi contra, caminé en vano unas 10 cuadras, donde lo máximo que encontré fue una maleta de Billabong en $200 (mira, no). Rendida y dispuesta a pagar el doloroso exceso de equipaje, llego al hotel y se me ocurre preguntarle al bellman si por casualidad tiene una maleta que le sobre. Como por arte de magia, saca del depósito un gran maletín negro que había dejado un huésped, con el único detalle de que le faltaba una rueda, ¡pero tenía manija! Por lo menos se podía arrastrar. Distribuí las piezas de mayor peso en esa maleta y las más livianas en la lisiada, mientras disfrutaba de una espectacular vista hacia la zona financiera de Manhattan, por la suerte de quedar en un piso 12. Por cierto, ¿sabían que en Estados Unidos no colocan el botón del piso 13?

Lástima que no pude disfrutar del amanecer con esa alucinante vista, porque a las 4 de la mañana ya estaba tomando un taxi de vuelta a 100 años de retraso... pero con más ganas de hacer que en los próximos 100, Caracas City luzca tan apetecible como una Gran Manzana.

Buen provecho.

3 comentarios:

  1. Hola Anabellll, soy Corina que buena toda tu redacción,:) sin querer viaje a la gran manzana leyendo tu artículo :)

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  2. Amé esta crónica Ana! Redacción sencilla, pero elegante y descriptiva hasta morir. Como dijo Corina en un comentario anterior, se siente como si de verdad hubiese viajado a NYC... Muakkkk!!!

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  3. Jajaja, esa es la idea, espero poder transportarlas en proximas cronicas :D

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